lunes, 3 de febrero de 2020

LA REALIDAD LLEGÓ AL FÚTBOL: DESOCUPADOS

Luego de bastante tiempo sin actividad, reproducimos esta nota del año 1982 que salió publicada en la revista Goles Match.
El autor de la misma fué Gustavo Veiga. 

Nos pareció apropiado tocar este tema ya que en cada comienzo de año, con cada recambio entre torneo y torneo, siempre hay jugadores en condición de libre por parte de sus clubes. 
El año 1982 comenzaba complicado: 500 jugadores libres. Un tema preocupante antes de iniciarse el Torneo Nacional y sin saber - aún - lo que vendría con el correr de los meses.


Los efectos de la crisis siguen expandiéndose. esta vez el tema son los jugadores que fueron dejados en libertad de acción al iniciarse la temporada. Casi quinientos futbolistas, sumando las categorías profesionales (A,B Y C) se encuentran en esa condición. 


A diferencia del resto de los sectores del país que soportan la amenaza de la desocupación durante los doce meses del año, en el fútbol, el período critico se genera durante el verano, cuando después de finalizada la actividad los clubes comienzan a confeccionar las listas de jugadores libres. 
 En 1982 - tras una crisis desgastante que viene haciendo estrados desde hace más de un lustro - la desocupación en el fútbol aumentó considerablemente. Las cifras profesionales en libertad de acción - entre primera A, B y C - alcanza a sumar alrededor de quinientos.
  Ante esta realidad, y presintiendo las consecuencias que podría aparejar, Futbolistas Argentinos Agremiados envió una carta a todas las instituciones afiliadas directamente a la AFA, para ir conociendo lo antes posible la nómina de jugadores libres o prescindibles. Al pedido solamente contestaron Ferro y Tigre, lo que muestra una vez más la participación de los dirigentes en el problema, asumiendo una postura de total indiferencia. 
 José "Perico" Pérez, dirigente de la gremial de futbolistas, manifestó al respecto: "Queremos tener un mayor control sobre las cifras de jugadores dejados en libertad de acción. Sin embargo, no encontramos una respuesta satisfactoria entre la mayoría de los directivos. Ellos quieren reducir planteles, primas, sueldos y premios, pero después no se preocupan por nada. Sin dudas, son los culpables de lo que pasa. ¿Qué culpa tienen los jugadores del mal manejo de los clubes?"



La bolsa de trabajo.



En Agremiados se creó hace más de siete años una bolsa de trabajo. El mecanismo de la misma consiste en anotarse en una carpeta dejando nombre y apellido, clubes en que jugó, dirección o teléfono. En la actualidad, la bolsa cuenta con 129 inscriptos que, en su mayoría, son jugadores casi desconocidos. Como Hugo Dalmazzone, un número "dos" que actuó en los equipos bolivianos de Always Ready y Figaro Club o Luis Carlos Bongiovanni, un volante izquierdo que estuvo en el Raguzza de Italia y en Hibernians de Malta.
 Según José "Perico" Pérez: "vienen dirigentes o clubes del exterior que mandan algún empresario para fijarse si en "la bolsa" hay jugadores que les interesen. Más bien que un J. J. López no lo van a encontrar allí. La mayoría son muchachos no muy conocidos.
 Es cierto que un jugador con una trayectoria importante en primera división no se iría a anotar en la bolsa de trabajo. Como el mismo Juan José López, Morete, Ribolzi, Héctor Scotta, Fanesi o Randazzo. Pero también es cierto que éstos cuentan a favor con su "nombre". Como dice Oscar Gilé, libre de Deportivo Morón: "Los problemas los van a tener los pibes jóvenes que quedan en banda después de firmar el primer contrato. En cambio, los que tuvieron una buena campaña en primera, de seis y siete años, terminan jugando en cualquier club".



Los mercados pasajeros.


En los últimos años, con la irrupción del fútbol de varios clubes - empresa sin trayectoria importante . sobre todo del Interior - se abrieron algunos mercados que recibieron muchos profesionales.
 Pero en un medio donde manda el exitismo, ante un fracaso deportivo esos mismos mercados se fueron cerrando.
 El mejor ejemplo es el de Loma Negra de Olavarría. Jorge Alberto Vázquez, quien jugó el último Nacional, en ese equipo lo explicó así: "lo que pasó en Olavarría fue una desgracia. Quedamos eliminados en el Regional y después en el Nacional y varios muchachos tuvimos que irnos. Si hubiéramos seguido en carrera, el mercado abierto con Loma Negra daba posibilidades de trabajo a una gran cantidad de profesionales".
 También sucedió lo mismo con Racing de Trelew y otras instituciones que invirtieron, aunque en menor medida. El regreso de los jugadores dejados libres por esos clubes a la Capital, incrementó aún más el número de desocupados.
 Por eso no me extraña que de lunes a viernes, visiten la AFA y sus alrededores muchos profesionales que cuenten historias como ésta: "jugué el regional en un equipo del interior pero al quedar eliminados me tuve que venir para acá. Ahora estoy buscando un club para no quedar colgado".
 Estos hechos predisponen a los jugadores libres a vivir en un estado de tensión nerviosa constante.
 "La mano viene cada vez peor. Uno vive nervioso, un poco alterado por todo lo que pasa. Es cierto que el déficit económico de los clubes es la causa principal del problema; pero en nosotros se traduce en una tensión difícil de sobrellevar", explica Hugo Promanzio, jugador de Renato Cesarini de Rosario con el pase en su poder.


El equipo "libre".


Hace un par de años se implantó una costumbre entre profesionales que quedaron sin club. Formar un equipo para jugar partidos amistosos y, de paso, mantenerse en estado.
 El miércoles 13 de este mes (NdR: léase mes de enero de 1982) el equipo jugó un amistoso en el CEDENA contra la selección juvenil de China que visita nuestro país. Los "libres" formaron con: Lamonda; Eduardo Bargas, Abdala, Bianculli y Omar García; Mamberto, Raschia y Mancinelli; Nieto, Magán y Augusto Sánchez. Después entraron Bernabitti, Luis Alvarezm Salgado, Campana, Flotta, Promanzio y Duarte. 
 La formación la decidió Daniel Horacio Bonelli, quien actualmente está realizando el curso de director técnico en la AFA.
 Aunque también están aquellos que hacen contactos para concretar amistosos y se preocupan por ir todos los días a entrenar a Palermo.




 La idea principal por la que surgió el equipo, es que mediante los encuentros, los "libres" se muestran porque si cae algún empresario que los pueda ubicar. "El jugador de fútbol a la larga terminará siendo un laburante como cualquiera. Hoy quedan muchos en libertad de acción, como son despedidos obreros y empleados en las fábricas", explicó Bonelli mientras dirigía los movimientos del equipo en el partido contra los chinos.
 Cuando los componentes del plantel posaron para la foto hubo uno que no quiso salir en la misma. Ángel Mamberto se apartó del resto y después nos aclaró el porqué: "Yo pertenezco a All Boys, que le compró mi pase al Tampico de México. Vengo a jugar con los muchachos porque los dirigentes no me quieren pagar casi nada. Además estoy estudiando el profesorado de Educación Física y no me caliento más. Tengo veintisiete años y ya no creo en nadie".
 Como éste, hay muchos testimonios de jugadores libres que han quedado desamparados, a la pesca de algún intermediario que los "salve". Porque si en algo coincide la mayoría es que "los empresarios son nuestra gran posibilidad de enganchar club"
 Para Guillermo Cóppola, apoderado de cuarenta y tres jugadores - diez de ellos en libertad de acción - la desocupación en el fútbol se debe solucionar así: "la situación es difícil por los problemas que atraviesan los clubes, Si bien los futbolistas tendrán que bajar sus pretensiones, las instituciones tendrán que ordenarse administrativamente, porque hasta ahora sin un desastre en ese aspecto"
 Ricardo Petracca, presidente de Vélez no piensa igual. Aunque tampoco encontró las soluciones: "la profesión del futbolista es dura, difícil. Tiene pasajes de gloria y sufrimientos. en este momento, por la situación general del país, los clubes no pueden mantener un elenco de profesionales muy numeroso. Por eso estimo que se produce esta cantidad importante de jugadores libres".
 Por lo expuesto, hasta ahora nadie aportó soluciones valederas para atenuar la crisis desocupacional del fútbol. Ni los dirigentes. Ni los técnicos, ni los futbolistas.
 Por el contrario, la cantidad de jugadores libres amenaza con seguir incrementándose. A pesar de que algunos se reubiquen en otros clubes, el mercado tiende a engrosarse con desocupados. De esta situación, los únicos que pueden salir beneficiados son alguna clase de empresarios, técnicos y dirigentes, personajes sin escrúpulos que atraídos por el dinero, sólo buscan su rédito económico. Aunque éste, finalmente es un problema más de forma que de fondo. Porque mientras dure la crisis general, será imposible que el fútbol escape a la misma.




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