Pudo haber sido una locura, más tomando en cuenta el
momento que se vivía en el país. La primera vez que ví esa tapa quedé perplejo;
con el tiempo llegó a mis manos y hoy forma parte de mi colección.
En los primeros meses del año 1982 se vivía un gran
fervor en el pueblo con el apoyo a la declaración de guerra a Inglaterra por
las Islas Malvinas.
La (ahora extinta) Revista Goles puso en tapa un
hecho – tal vez – sin precedentes que tituló: “¡Superclásico en Malvinas!” y en
la foto, Eduardo Omar Saporiti abrazado a Carlos Córdoba y detrás un mapa de
las Islas Malvinas.
La primera página, generalmente con una nota
editorial comenzaba de esta manera que aquí se reproduce:
“Con el más profundo sentir nacional”
¡Superclásico en Malvinas!, decimos en nuestra portada. Es un deseo
madurado en la intimidad de nuestra redacción y trasladado a las máximas
autoridades del Club Atlético Boca Juniors y del Club Atlético River Plate,
donde la iniciativa fue muy bien recibida. El deseo no se contradice con la
difícil situación actual ante la injustificada medida de los invasores
británicos a los defensores argentinos en las Islas Georgias del Sur.
Nuestra
portada, impresa con anterioridad a los hechos bélicos, pretende reflejar la
unánime adhesión de todos los sectores de la vida argentina a la gran gesta del
2 de abril de 1982; y es una prueba del anhelo ferviente de todos los
argentinos de mantener la Soberanía Nacional en todas las islas del Atlántico
sur. Eduardo Saporiti, por River, y Carlos Córdoba, por Boca, simbolizan la
unidad del fútbol ante la gravísima agresión británica con respecto a nuestro
territorio. Son dos argentinos que representan a todo un país y, pese a las
casacas, sin distinción de banderías.
Evidentemente, este es un domingo distinto. La
redacción se agrupa ante la radio – a todo volumen – instalada en la oficina de
la Dirección. Existen, en verdad, pocos comentarios de cada partido. Sólo la
necesaria e imprescindible pregunta de: “¿Cuánto hay?”, inquiriendo sobre el
espacio disponible para cada nota. Las demandas más concretas se efectúan sobre
la situación de las Georgias del Sur. El tema gravitante del momento. Mientras
estamos redactando el texto, nos llegan, Radio “Rivadavia” mediante, las
informaciones sobre el conflicto y, en realidad, la mente no logra obtener la
imprescindible concentración que un editorial requiere.
Con toda la
importancia que el fútbol, el periodismo y el deporte – en general – nos
merecen, la sensibilidad de argentinos repercute con mpas fuerza ante la
difícil circunstancia.
No podemos
escribir con los dedos y a la vez prestar atención con los oídos, sin
interferir cada uno de los temas, que evidentemente tienen un punto concreto e
indivisible: nuestro corazón de argentinos. Deseamos, a través de GOLES,
concretar el primer enfrentamiento entre Boca y River en las Islas Malvinas.
Cuando el grave conflicto actual se solucione y la bandera nacional flamee en
paz en toda la extensión austral, consolidaremos, con la adhesión invalorable
de los citados clubes, de las Fuerzas Armadas nacionales y de Radio “Rivadavia”
el gran operativo futbolístico.
Por el
momento, entonces, nos queda esperar la finalización de estas desmesuradas e
ilógicas agresiones inglesas, que no tienen derecho alguno ganado en el campo
de la historia, de la legitimidad y la conciencia. Y que sólo radican su valor
en la fuerza militar. Los tiempos del colonialismo ya han terminado. Así lo
manifestaron claramente las Naciones Unidas y la Organización de los Estados
Americanos. Por eso, la Argentina, dueña de los más claros y precisos derechos
sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del sur, deben esperar confiada las
resoluciones de los más altos organismos internacionales. Con fe en nuestras
Fuerzas Armadas, con ánimo creciente en los valores supremos de Dios y la
Justicia, aguardaremos los próximos acontecimientos que correlativamente
también tendrán su consecuencia en el ámbito deportivo.
Esta edición – n° 1739 – salió a calle el día martes
27 de abril del año 1982; dos días antes, se había jugado una nueva edición del
Superclásico en la cancha de Boca, partido que terminó 0 a 0 con Jorge
Gordillo, defensor riverplatense, como figura sobresaliente de aquel encuentro.
Cada equipo tenía sus urgencias. Boca sin Maradona y
River sin Díaz y Kempes.
Pero vamos a hacer hincapié en los dos jugadores que
fueron protagonistas de esta singular tapa:
“La verdad la tiene Argentina”
Carlos
Córdoba y Eduardo
Saporiti, ambos marcadores de punta, ambos con varios años jugando en la
primera, ambos mencionados entre los aspirantes al ingreso a la Selección
Nacional. Uno, Córdoba, se lastimó
en Chile durante el amistoso que Boca jugó con la selección trasandina
el martes pasado:
-
Yo quería jugar a toda costa, pero no
pudo ser. Me quería infiltrar y jugar rengo, aunque sea. Un Boca – River siempre es algo especial. Pero
no pudo ser, el doctor Madero no
afloja y no quiso que entrara, me dijo que si jugaba podía ser peor. Creo que
tiene razón, pero es una lástima.
El otro, Saporiti, fue el nuevo “dos” de River,
un puesto eternamente discutido desde el alejamiento de Roberto Perfumo: Pavoni, Lonardi, De los Santos, Tarantini, Giúdicce,
Russo,…Saporiti.
-
Este debe ser mi octavo clásico,
supongo. El primero que me tocó de dos. En este puesto no juego desde el ´77,
creo. Asi que fue un puesto nuevo para mí. Acepté porque pensé que podía,
porque me tenía fé, a pesar de que hice apenas un par de entrenamientos.
-
- ¿Tenían todavía la idea de la
selección?
-
Yo estuve entre los cuarenta, no tenía
muchas ilusiones, sinceramente. No quería hacérmelas, por otra parte (Saporiti).
-
Yo lo tenía claro: mi mejor año fue en
el ’81. Si no me llamaron entonces, no veía por qué me iban a llamar ahora, a
pesar de los rumores que decían que podía ser (Córdoba).
-
Vos ahora tenés otra preocupación, ¿no?
-
¿La del pase?
-
Si.
-
Sí, vamos a ver. Guillermo Cóppola me
dijo que hay posibilidades en España. El Zaragoza
era el primero, pero no saben porque tienen a dos argentinos, Valdano y Barbas, y yo sería el tercero. Dicen que van a permitir tener tres
extranjeros por equipo, pero no podrán jugar más de dos cada partido. Vamos a
ver. . . después está el Español de Barcelona (Córdoba).
-
Y vos, ¿Eduardo?
-
Y. . . nosotros andamos más o menos como
Boca. Todavía con el problema de
quién va a pagar lo de Peñarol, y
con problemas en el equipo. . . los pibes no pudieron asentarse. . . hubo
muchos nervios. . . yo cuando podía les decía que se tranquilizaran, que se
borraran de la cabeza los reproches y las críticas. . . si no tenés
experiencia, esas cosas te empeoran, te ponen más nervioso y no agarrás una. .
. pero contra Boca el equipo levantó, por lo menos metimos más situaciones de
gol que ellos. . . (Saporiti).
-
¿Te das cuenta, Carlos que este pudo
haber sido tu último clásico?
-
Si, por eso quería jugarlo. Parece que
los clásicos no son los de antes, pero siempre son los clásicos. Bueno, yo
pensaba que a éste iba a venir menos gente, en especial de River. Porque la de Boca
siempre va (Córdoba).
-
Un Boca-River
es especial, siempre. Aunque haya solamente la hinchada de Boca, aunque griten
solamente los de Boca, porque uno escucha los gritos y lo siente de una manera
especial (Saporiti).
-
Anduviste bien de “dos”, Eduardo. . .
-
Sí. Me tenía confianza y el técnico me
apoyó mucho, me habló como si fuera Stielike,
el del Real Madrid. Me sorprendió
que Boca no tirara más centros, porque yo de cabeza no voy muy bien. Estoy contento,
demostré que puedo (Saporiti).
Les hacemos la última
pregunta: ¿Jugarían un clásico en las Malvinas?
Se quedan pensando un momento, se miran. . .
-
Si, por supuesto. Para mí sería un
orgullo y una satisfacción enorme salir a jugar un clásico contra Boca en Las Malvinas, pisando un suelo que por tantos años soñamos que
fuera nuestro (Saporiti)
-
Lo mismo pienso yo. Nosotros tenemos la
verdad y pienso que ése podría ser nuestro mejor aporte (Córdoba).
En dos recuadros aparte, los referentes políticos de
cada club decían lo siguiente:
Dr.
Martín Noel.
“Boca
jugará en Malvinas”.
Veo con gran agrado la posibilidad de realizar un
partido entre Boca y River en las Islas Malvinas. Más aún, creo que es un deber
patriótico de parte de nosotros, los dirigentes, contribuir en la medida de
nuestras posibilidades a todo aquello que sirva para alegrar a nuestros
valientes soldados que se encuentran en esas islas argentinas. Descontando la
trascendencia periodística mundial que tendría este episodio deportivo, dada la
gran popularidad de Boca y River en el ámbito entero. En lo personal, ya
manifesté desde el primer instante mi total identificación con lo actuado por
las Fuerzas Armadas en todo lo relacionado con la recuperación de nuestras
Islas Malvinas. Si existen las condiciones necesarias para jugar allí este
partido, será una inmensa emoción, que este clásico del fútbol argentino, se
realice en nuestras Malvinas, bajo la bandera argentina. Allí estaremos. Tendré
una profunda alegría y una inigualable emoción.
Dr.
Jorge Kipper.
“River
estará presente”
Sería para mí, una profunda emoción y alegría el
poder asistir a un partido River – Boca en las Islas Malvinas.
Considero que
los clubes de fútbol deben desarrollar una intensa labor social y cultural,
además de la deportiva y estar permanentemente al servicio de la comunidad. En este
caso, una forma de prestar servicios al país, y a la comunidad consiste en
apoyar totalmente la idea de llevar a los jóvenes argentinos que están en el
Sur argentino ofreciendo sus vidas en defensa de nuestra soberanía, la
realización de este siempre impactante partido. Todo cuanto esté a mi alcance para
este fin, habré de realizarlo. Estaré allí junto a mi familia.