sábado, 11 de abril de 2020

Cuando Boca y River pudieron haber jugado en las Islas Malvinas.


Pudo haber sido una locura, más tomando en cuenta el momento que se vivía en el país. La primera vez que ví esa tapa quedé perplejo; con el tiempo llegó a mis manos y hoy forma parte de mi colección.
En los primeros meses del año 1982 se vivía un gran fervor en el pueblo con el apoyo a la declaración de guerra a Inglaterra por las Islas Malvinas.
La (ahora extinta) Revista Goles puso en tapa un hecho – tal vez – sin precedentes que tituló: “¡Superclásico en Malvinas!” y en la foto, Eduardo Omar Saporiti abrazado a Carlos Córdoba y detrás un mapa de las Islas Malvinas.
La primera página, generalmente con una nota editorial comenzaba de esta manera que aquí se reproduce:
“Con el más profundo sentir nacional”
  ¡Superclásico en Malvinas!, decimos en nuestra portada. Es un deseo madurado en la intimidad de nuestra redacción y trasladado a las máximas autoridades del Club Atlético Boca Juniors y del Club Atlético River Plate, donde la iniciativa fue muy bien recibida. El deseo no se contradice con la difícil situación actual ante la injustificada medida de los invasores británicos a los defensores argentinos en las Islas Georgias del Sur.
 Nuestra portada, impresa con anterioridad a los hechos bélicos, pretende reflejar la unánime adhesión de todos los sectores de la vida argentina a la gran gesta del 2 de abril de 1982; y es una prueba del anhelo ferviente de todos los argentinos de mantener la Soberanía Nacional en todas las islas del Atlántico sur. Eduardo Saporiti, por River, y Carlos Córdoba, por Boca, simbolizan la unidad del fútbol ante la gravísima agresión británica con respecto a nuestro territorio. Son dos argentinos que representan a todo un país y, pese a las casacas, sin distinción de banderías.
 Evidentemente, este es un domingo distinto. La redacción se agrupa ante la radio – a todo volumen – instalada en la oficina de la Dirección. Existen, en verdad, pocos comentarios de cada partido. Sólo la necesaria e imprescindible pregunta de: “¿Cuánto hay?”, inquiriendo sobre el espacio disponible para cada nota. Las demandas más concretas se efectúan sobre la situación de las Georgias del Sur. El tema gravitante del momento. Mientras estamos redactando el texto, nos llegan, Radio “Rivadavia” mediante, las informaciones sobre el conflicto y, en realidad, la mente no logra obtener la imprescindible concentración que un editorial requiere.
 Con toda la importancia que el fútbol, el periodismo y el deporte – en general – nos merecen, la sensibilidad de argentinos repercute con mpas fuerza ante la difícil circunstancia.
 No podemos escribir con los dedos y a la vez prestar atención con los oídos, sin interferir cada uno de los temas, que evidentemente tienen un punto concreto e indivisible: nuestro corazón de argentinos. Deseamos, a través de GOLES, concretar el primer enfrentamiento entre Boca y River en las Islas Malvinas. Cuando el grave conflicto actual se solucione y la bandera nacional flamee en paz en toda la extensión austral, consolidaremos, con la adhesión invalorable de los citados clubes, de las Fuerzas Armadas nacionales y de Radio “Rivadavia” el gran operativo futbolístico.
 Por el momento, entonces, nos queda esperar la finalización de estas desmesuradas e ilógicas agresiones inglesas, que no tienen derecho alguno ganado en el campo de la historia, de la legitimidad y la conciencia. Y que sólo radican su valor en la fuerza militar. Los tiempos del colonialismo ya han terminado. Así lo manifestaron claramente las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos. Por eso, la Argentina, dueña de los más claros y precisos derechos sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del sur, deben esperar confiada las resoluciones de los más altos organismos internacionales. Con fe en nuestras Fuerzas Armadas, con ánimo creciente en los valores supremos de Dios y la Justicia, aguardaremos los próximos acontecimientos que correlativamente también tendrán su consecuencia en el ámbito deportivo.

Esta edición – n° 1739 – salió a calle el día martes 27 de abril del año 1982; dos días antes, se había jugado una nueva edición del Superclásico en la cancha de Boca, partido que terminó 0 a 0 con Jorge Gordillo, defensor riverplatense, como figura sobresaliente de aquel encuentro.
Cada equipo tenía sus urgencias. Boca sin Maradona y River sin Díaz y Kempes.

Pero vamos a hacer hincapié en los dos jugadores que fueron protagonistas de esta singular tapa:

“La verdad la tiene Argentina”

Carlos Córdoba y Eduardo Saporiti, ambos marcadores de punta, ambos con varios años jugando en la primera, ambos mencionados entre los aspirantes al ingreso a la Selección Nacional. Uno, Córdoba, se lastimó en Chile durante el amistoso que Boca jugó con la selección trasandina el martes pasado:
-         Yo quería jugar a toda costa, pero no pudo ser. Me quería infiltrar y jugar rengo, aunque sea. Un Boca – River siempre es algo especial. Pero no pudo ser, el doctor Madero no afloja y no quiso que entrara, me dijo que si jugaba podía ser peor. Creo que tiene razón, pero es una lástima.
 El otro, Saporiti, fue el nuevo “dos” de River, un puesto eternamente discutido desde el alejamiento de Roberto Perfumo: Pavoni, Lonardi, De los Santos, Tarantini, Giúdicce, Russo,…Saporiti.
-         Este debe ser mi octavo clásico, supongo. El primero que me tocó de dos. En este puesto no juego desde el ´77, creo. Asi que fue un puesto nuevo para mí. Acepté porque pensé que podía, porque me tenía fé, a pesar de que hice apenas un par de entrenamientos.
-         - ¿Tenían todavía la idea de la selección?
-         Yo estuve entre los cuarenta, no tenía muchas ilusiones, sinceramente. No quería hacérmelas, por otra parte (Saporiti).
-         Yo lo tenía claro: mi mejor año fue en el ’81. Si no me llamaron entonces, no veía por qué me iban a llamar ahora, a pesar de los rumores que decían que podía ser (Córdoba).
-         Vos ahora tenés otra preocupación, ¿no?
-         ¿La del pase?
-         Si.
-         Sí, vamos a ver. Guillermo Cóppola me dijo que hay posibilidades en España. El Zaragoza era el primero, pero no saben porque tienen a dos argentinos, Valdano y Barbas, y yo sería el tercero. Dicen que van a permitir tener tres extranjeros por equipo, pero no podrán jugar más de dos cada partido. Vamos a ver. . . después está el Español de Barcelona (Córdoba).
-         Y vos, ¿Eduardo?
-         Y. . . nosotros andamos más o menos como Boca. Todavía con el problema de quién va a pagar lo de Peñarol, y con problemas en el equipo. . . los pibes no pudieron asentarse. . . hubo muchos nervios. . . yo cuando podía les decía que se tranquilizaran, que se borraran de la cabeza los reproches y las críticas. . . si no tenés experiencia, esas cosas te empeoran, te ponen más nervioso y no agarrás una. . . pero contra Boca el equipo levantó, por lo menos metimos más situaciones de gol que ellos. . . (Saporiti).
-         ¿Te das cuenta, Carlos que este pudo haber sido tu último clásico?
-         Si, por eso quería jugarlo. Parece que los clásicos no son los de antes, pero siempre son los clásicos. Bueno, yo pensaba que a éste iba a venir menos gente, en especial de River. Porque la de Boca siempre va (Córdoba).
-         Un Boca-River es especial, siempre. Aunque haya solamente la hinchada de Boca, aunque griten solamente los de Boca, porque uno escucha los gritos y lo siente de una manera especial (Saporiti).
-         Anduviste bien de “dos”, Eduardo. . .
-         Sí. Me tenía confianza y el técnico me apoyó mucho, me habló como si fuera Stielike, el del Real Madrid. Me sorprendió que Boca no tirara más centros, porque yo de cabeza no voy muy bien. Estoy contento, demostré que puedo (Saporiti).

Les hacemos la última pregunta: ¿Jugarían un clásico en las Malvinas? Se quedan pensando un momento, se miran. . .
-         Si, por supuesto. Para mí sería un orgullo y una satisfacción enorme salir a jugar un clásico contra Boca en Las Malvinas, pisando un suelo que por tantos años soñamos que fuera nuestro (Saporiti)
-         Lo mismo pienso yo. Nosotros tenemos la verdad y pienso que ése podría ser nuestro mejor aporte (Córdoba).

En dos recuadros aparte, los referentes políticos de cada club decían lo siguiente:

Dr. Martín Noel.
“Boca jugará en Malvinas”.

Veo con gran agrado la posibilidad de realizar un partido entre Boca y River en las Islas Malvinas. Más aún, creo que es un deber patriótico de parte de nosotros, los dirigentes, contribuir en la medida de nuestras posibilidades a todo aquello que sirva para alegrar a nuestros valientes soldados que se encuentran en esas islas argentinas. Descontando la trascendencia periodística mundial que tendría este episodio deportivo, dada la gran popularidad de Boca y River en el ámbito entero. En lo personal, ya manifesté desde el primer instante mi total identificación con lo actuado por las Fuerzas Armadas en todo lo relacionado con la recuperación de nuestras Islas Malvinas. Si existen las condiciones necesarias para jugar allí este partido, será una inmensa emoción, que este clásico del fútbol argentino, se realice en nuestras Malvinas, bajo la bandera argentina. Allí estaremos. Tendré una profunda alegría y una inigualable emoción.

Dr. Jorge Kipper.
“River estará presente”

Sería para mí, una profunda emoción y alegría el poder asistir a un partido River – Boca en las Islas Malvinas.
 Considero que los clubes de fútbol deben desarrollar una intensa labor social y cultural, además de la deportiva y estar permanentemente al servicio de la comunidad. En este caso, una forma de prestar servicios al país, y a la comunidad consiste en apoyar totalmente la idea de llevar a los jóvenes argentinos que están en el Sur argentino ofreciendo sus vidas en defensa de nuestra soberanía, la realización de este siempre impactante partido. Todo cuanto esté a mi alcance para este fin, habré de realizarlo. Estaré allí junto a mi familia.